Contenido del artículo

 

Si hay algo que está extendido de forma profusa en la cultura del gimnasio es la idea del macho alfa.

Es algo que vemos en marcas de suplementación, ropa deportiva, perfiles de instagram, etc…..Todo el mundo es alfa, es el macho dominante, todo el mundo es el guerrero, el epítome de la masculinidad hecha persona.
En este artículo vamos a ver qué es exactamente esto del «macho alfa» y si es algo válido o realmente la gente se ha creído un mito y lo ha exagerado hasta que se ha hecho una subcultura extravagante de todo esto.

Vamos a ello.

AVISO:

Con este artículo estoy haciendo una pequeña incursión en un terreno algo peliagudo que es la sociología, psicología, dinámicas sociales, etc…Puede que caiga en algunas generalizaciones durante el mismo pero es para explicar un concepto global que sea entendible.
Sé que cada persona es diferente y algun@s no se sentirán identificados plenamente con lo que escribo, pero a pesar de que todos tenemos nuestras particularidades las conclusiones generales creo que pueden ser extrapoladas y aplicadas a la mayoría de personas.

¿QUÉ ES EL MACHO ALFA?

Esto sería lo primero que deberíamos intentar comprender.

Dar una clasificación exacta del macho alfa es complicado, porque si bien hay algunas características que parecen ser bastante frecuentes para todas las definiciones de lo que un «alfa» es, la realidad es que es un término tan prostituido que cada uno ha creado su propia definición de lo que un «alfa» es, o lo que más peligrosamente un «verdadero hombre» es. De hecho si buscáis «macho alfa» en google encontraréis miles de páginas con precisas instrucciones para ser un macho alfa, entrando en contradicción entre ellas ya que la lista en cuestión es lo que el autor del artículo cree que es un alfa.

Porque esta es una realidad del asunto. Ser alfa es sinónimo de ser un verdadero hombre para muchas personas, y cualquiera que no sea un alfa es que no es un hombre de verdad. Pensamiento muy peligroso. Junto con lo que he dicho en el párrafo anterior esto se podría traducir en «si no eres como YO creo que tienes que ser o como yo soy (o me gustaría ser) es que no eres un hombre de verdad».

Empezamos a ver que existe una dicotomía de pensamiento con estas ideas que es bastante peligrosa. De hecho, cualquier idea que se base en una dicotomía sin tener en cuenta el rango de matices entre extremos suele ser reduccionista y simplista. Y en esta ocasión, no es diferente como podéis empezar a intuir.

A pesar de que potencialmente existen, como he mencionado antes, infinitas definiciones de macho alfa hay una serie de características que parecen ser comunes en la gran mayoría.
La definición de macho alfa suele ser algo parecido a:

  1. Dominante
  2. Asertivo
  3. Confiado
  4. Agresivo
  5. Demandante
  6. Con iniciativa
  7. Fuerte
  8. Arriesgado

Luego tenemos ya la definición que cada uno le de la gana de pensar sobre un macho alfa para satisfacer sus propios anhelos de masculinidad extrema e inseguridades. Hay personas que dicen que el macho alfa no se disculpa, el alfa no llora, no se afeita, no acepta ayuda externa, no busca aprobación de nadie salvo la suya propia, etc…..

También se han apropiado de este término ciertas comunidades de seducción para llevarlo hasta un extremo que podríamos condensar en «el alfa es el que se las folla todas y es el puto amo». Pues vale…..una lógica a prueba de balas, sin fisura alguna.

¿DE DONDE SALE LO DE ALFA?

Es una pregunta muy interesante.

Cuando quieres saber más sobre un tema en concreto una de las mejores maneras es empezar mirando de donde sale y como se desarrolla. Y el «macho alfa» no es una excepción.

El término «alfa» proviene de unas investigaciones realizadas en 1940 por el zoólogo, biólogo y conductista Rudolph Schenkel en una manada de lobos en la que observó que se creaban unas jerarquías dentro del grupo en el momento en el que los machos competían por una posición de estatus frente a otros machos. Esas jerarquías principalmente se daban por las características anteriormente mencionadas. El lobo más duro, más agresivo, más violento, más dominante y más fuerte era el que dominaba al resto de los integrantes, y Rudolph llamó a este individuo el Alpha de la manada.

Más tarde, en 1970, el científico David L. Mech escribió un libro titulado «El Lobo» que expandía sobre las teorías de Schenkel y popularizó el término alfa y se trasladó a nuestras dinámicas sociales como individuos. Podemos entender que a día de hoy hay muchas personas que se consideran Alfas o «verdaderos hombres» cuando exhiben comportamientos similares a los estudiados por Schenkel y Mech. Es decir, el hombre de verdad es duro, es agresivo, intransigente, sin contacto con sus emociones, dominante, etc…..

De aquí sale otra definición que está muy ligada al tema que nos atañe, y es el de macho beta. Curiosamente el término está completamente mal interpretado y erróneamente aplicado. En la cultura popular sabemos que el alfa es el dominante y el beta es todo lo contrario; el macho sumiso, el sensible, el que no tiene iniciativa, el débil, el que se deja avasallar, etc…

Muchas infografías que se encuentran por internet dejan bien claras las diferencias entre ambos tipos:

Podemos ver que si quieres ser un HOMBRE, quieres ser feliz, quieres tener CONTROL sobre tu vida….debes ser un alfa. Y si eres un BETA es que eres emocional, estás gordo, no te pones a ti primero en tus prioridades, te avergüenzas fácilmente y probablemente no seas feliz ni rijas tu vida con determinación y vigor. Y además, tu peinado no es tan molón, que lo sepas. Y para acabarlo de redondear, no miras a los ojos ni cuando te dibujan.

La realidad es que el término «beta» también surge de las investigaciones de los científicos mencionados y lo que hoy se entiende como macho beta no tiene nada que ver con la descripción inicial.

En los estudios en lobos se acuñó el término «beta» a los subordinados del «alfa» y contendientes a ocupar dicha posición. Es decir, que son machos igualmente agresivos y dominantes, con aspiraciones a subir jerárquicamente, pero que aún no pueden asumir esa posición de liderazgo ya que un macho más dominante la ocupa. Vemos que no tiene nada que ver con el término que se usa popularmente como «beta». Diríamos que los «beta» son la mano derecha del «alfa» y están esperando su oportunidad para liderar a la manada.

Existe otro término llamado macho «omega», que este sí que tendría las características que comúnmente se asocian a un «beta». En los estudios de Schekel se vio que los Omega eran los machos que menos jerarquía tenían, que era abusados y maltratados por los demás miembros de la manada y que eran los que menos privilegios tenían, más tarde comían y evidentemente menos se reproducían.

¿Y ESTO YA CUADRA?

Pues lamentablemente no, porque estos estudios en lobos que fueron el inicio de toda una oleada de masculinidad extremada tienen un problema metodológico muy grave.

La manada que se estudió estaba en cautividad y fue organizada por personas ajenas. No se formo de forma natural, estaba formada por machos que no se conocían, en un entorno cerrado y que debían competir por recursos escasos. En estas circunstancias se formaron jerarquías rápidamente en las que las características físicas y agresivas eran de alguna forma favorables para lograr una posición más ventajosa.

Sin embargo, cuando se observan manadas de lobos que se organizan de forma orgánica y natural, estas jerarquías no existen. ¿Por qué? Pues porque las manadas en realidad son núcleos familiares en los que los «alfa» son los progenitores. Es decir, que hay un macho alfa pero también hay una hembra alfa, que comparten las responsabilidades de criar a sus crías y ofrecerles seguridad, alimento y desarrollo. No es que sean los alfas por fuerza bruta, es que son los padres de la familia. Una vez las crías son mayores se irán para formar otros núcleos familiares y crear nuevas manadas que seguirán la misma estructura.

Únicamente cuando los lobos están en cautividad y en un ambiente artificialmente competitivo es cuando estás jerarquías a base de fuerza bruta aparecen. También pueden aparecer cuando se juntan varias manadas en los que hay varios progenitores, que entonces sí que estás dinámicas pueden aparecer, pero no es algo común.

Digamos que es como intentar entender las dinámicas sociales de los humanos estudiando un campo de concentración. Podemos ver que hay un problema de base. Y es un error extrapolar estos descubrimientos y dinámicas falsas a los seres humanos.

EL ALFA HUMANO

Pero volvamos al ser humano y a los machos «alfa».

Sabemos ahora que la extrapolación del término es errónea, y que tomar una dicotomía como «alfa=hombre de verdad» y «beta=pusilánime» es simplista y peligroso. A raíz de estos términos hay muchos hombres que sienten la necesidad de reafirmar su superioridad y posición jerárquica mediante exhibiciones de agresividad, dominación, intimidación y violencia, ya que eso es lo que un «alfa» debe hacer y un alfa es un hombre de verdad.

¿Veis donde está el error? Espero que sí.

La realidad es que no es tan simple como esto, como tantísimas cosas en la vida.
Por ejemplo, veamos un par de casos en los que comúnmente se asocia ser un alfa con algo positivo y desarrollemos el argumento a ver si se sostiene.

RELACIONES CON MUJERES

Muchos creyentes de la teoría del alfa se creen que las mujeres únicamente responden a hombres dominantes, agresivos, confiados y que incluso las traten mal. ¿Habéis escuchado eso que se suele decir (especialmente en los círculos de seducción y ligue) que una mujer busca al «chico malo» y que pasa olímpicamente del «chico bueno»? Pues es un ejemplo de la teoría del alfa aplicada a las dinámicas sociales.

Y aunque parece ser que hay ciertas características en un hombre que es común que despierten sentimientos y deseos en el sexo opuesto (lo veremos más adelante) no podemos decir que la típica definición de «alfa» sea adecuada o lo que realmente atrae a las mujeres. Es decir, que esto del chico bueno/chico malo no es correcto. Me explico:

Los primeros estudios que quisieron observar esto llegaron a la conclusión de que una actitud dominante en un hombre parecía aumentar el deseo sexual en las mujeres, pero paradójicamente estos hombres eran valorados como menos agradables y no eran considerados como una buena opción para relaciones a largo plazo. Además, ser agresivo era una cualidad nada valorada por las mujeres.

Otro estudio muy interesante hizo que las mujeres valoraran 5 características dominantes vs 5 características no dominantes para hombres con los que tener una primera cita y una relación estable. Los resultados son muy reveladores.

Las características dominantes eran:

  • Agresivo
  • Asertivo
  • Confiado
  • Exigente
  • Dominante

Las características no dominantes eran:

  • De trato fácil
  • Callado
  • Sensible
  • Tímido
  • Sumiso

Y los resultados fueron que el 72% de las mujeres votaron que una persona confiada sería una cita ideal y un 74% sería una pareja ideal a largo plazo. Del mismo modo, una persona asertiva fue votada con un 48% como cita ideal y un 36% como pareja a largo plazo. Solo un 2% fue para dominante, con lo que podemos empezar a intuir que dentro de una actitud considerada «dominante» se puede desglosar en varios adjetivos que tienen más importancia que ser dominante en sí.

Pero lo más interesante del estudio es que un 76% de las mujeres votaron «sensible» como una característica tanto para cita ideal como relación a largo plazo. Y un 68% votaron de trato fácil como cita ideal y 64% para relación a largo plazo.

Es decir, que podemos observar que realmente lo que la mayoría de chicas busca en un chico y con lo que se sienten atraídas es una mezcla de características de ambos extremos.
De hecho las conclusiones del estudio fueron que pensar en dominante/no dominante para predecir la atracción femenina era una visión muy limitada, porque una persona dominante puede ser exigente y agresiva (lo cual la haría nada deseable) y una persona no dominante puede ser de trato fácil y sensible (con lo cual sería un candidato deseado)

Otros estudios siguen la misma línea, concluyendo que el atributo de «dominante» por sí solo no crea atracción en mujeres, sino que es ese atributo mezclado con otras habilidades sociales, como el altruismo o la simpatía lo que hace que el atractivo aumente. Eso deja entrever que el hecho de ser asertivo y sensible, por ejemplo, no son opuestos y que un hombre puede (y debe) tener ambos.

Por lo tanto, en cuanto a ser alfa para atraer al sexo opuesto….no parece cuadrar tampoco. Una mezcla de características parece ser lo más deseado, y seguir la idea típica de alfa hace que dejes de desarrollar características o rasgos interesantes o que desarrolles demasiado otros que son perjudiciales.

RELACIONES SOCIALES Y PRESTIGIO

Es en este momento en el que me gustaría hacer hacer una gran distinción. El camino de la dominación suele venir por medio de la agresividad, la intimidación, la fuerza y el miedo.

Es por ejemplo el camino que muchos «entrenadores de perros» usan para hacer que los animales hagan lo que quieren. Lo hacen mediante dominación extrema y agresión calculada. El perro acaba haciendo lo que quieres, sí, pero es porque está acojonado de ti, no porque le inspires confianza.

Existe otro camino que lleva a los mismos resultados y es el prestigio que se logra mediante habilidades, experiencia, emociones y relaciones sociales. La dominación está motivada por arrogancia y el prestigio por el orgullo. Estudios observan que las personas más dominantes en el sentido peyorativo de la palabra suelen ser vistos como personas que tienen menos seguridad en sí mismos, menos amabilidad, menos escrúpulos, menos cooperativos y ética, entre otros factores.

Y lo más importante, las personas con prestigio eran vistas como mejores líderes que los dominantes, con mejores habilidades sociales y más atléticos.

Podemos ver que dominación y prestigio son dos formas de lograr los mismos resultados, pero completamente distintas en su metodología. La dominación es el camino rápido y por la fuerza. «Haz lo que digo o pillarás». Si eres el más fuerte, en poco tiempo estás arriba de todo. El problema es que mantener el estatus es complicado porque siempre aparecerá alguien más fuerte y las enemistades que has creado harán que probablemente tu estancia en lo más alto dure poco, a no ser que la mantengas mediante miedo y la agresividad.

Por el contrario, mediante el prestigio el camino será más largo probablemente pero las relaciones que cultives en el proceso y las habilidades que desarrolles te ayudarán a lograr la meta y mantenerte en el lugar. Esto también se ha observado en otros animales sociales como los chimpancés, que los miembros más pequeños hacen pactos y alianzas para liderar el grupo.

CONCLUYENDO

Es un artículo que hacía mucho tiempo que quería escribir y no sabía como enfocarlo. Ha sido algo extenso pero creo que era necesario para explicar todo lo que quería.

La conclusión sería que el término «alfa» es antediluviano. Está basado en unas dinámicas sociales muy específicas y que no son o deberían aplicarse al ser humano.

Aparte, la idea de alfa es simplista y desarrolla facetas muy limitadas de lo que es la masculinidad. A día de hoy tenemos una idea muy básica y ruda de lo que un hombre debería ser, y la realidad es que la masculinidad es más compleja de lo que se cree. Recomendaría encarecidamente a las personas que dejen de pensar en binario, en alfa y beta, en masculino y femenino.

Sí que es cierto que en mi opinión existen características que suelen ser más masculinas y otras más femeninas (1,2,3) pero eso no significa que un hombre para ser hombre deba obviar sus sentimientos, que tenga que ser agresivo o que tenga que adecuarse a un estereotipo de una época barbárica. Hemos visto que una mezcla de características es lo que la mayoría de personas prefiere y es en lo que nos deberíamos centrar, en ser personas con capas y emociones diversas.

En mi opinión, cada hombre debería trabajar en formar una identidad fuerte, en desarrollar unos valores definidos y aportar valor a las personas que le rodean. Es decir, desarrollar habilidades válidas para la comunidad. Eso te asegurará que la gente te tenga respeto y te apoyen por decisión propia y no que te tengan miedo y te sigan por pavor a las consecuencias.

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Sobre el autor: Víctor

Me llamo Víctor y soy el creador de fitnessreal.es Llevo más de 12 años en el gimnasio y si de algo me he dado cuenta es que en el mundo del gimnasio y la nutrición lo que más abunda es la desinformación y los mitos absurdos. Por eso creé Fitness Real, para ayudar a la mayor cantidad de gente posible a no cometer todos los errores que yo sí he cometido y hacer más sencillo y gratificante un camino de por sí plagado obstáculos y sacrificios, pero aún así increíble y lleno de satisfacciones.

26 Comentarios

  1. Anubis 14 de agosto de 2019 at 12:48h - Responder

    Pues mira me gusta el artículo, lo veo realista y el estudio de los lobos es exacto.

  2. THIAGO 31 de mayo de 2019 at 20:03h - Responder

    EXISTE EL ALPHA PERO NO EN MANADAS DE LOBOS SI NO EN GRANDES FELINOS COMO LOS LEONES, DONDE EL MACHO PELEA A MUERTE POR SER EL ALPHA DE SU CLAN, EL UNICO TRABAJO DE ESTE MACHO ES PROCREAR Y PROTEGER LA MANADA, DE HECHO CUANDO UN NUEVO MACHO SE VUELVE LIDER BUSCA MATAR LOS CACHORROS DEL OTRO LEON PARA NO TENER QUE LIDIAR CON SU DECENDENCIA. INCREIBLE PERO CIERTO.

    • Víctor 3 de junio de 2019 at 16:53h - Responder

      Hay algunos animales que por jerarquía social existe la figura de un alfa. Los humanos no somos uno de estos animales.

  3. Diego 5 de enero de 2018 at 12:03h - Responder

    Partiendo de la base de que coincido con todo lo que has expuesto al cien por cien ,también he de decir que la realidad, desgraciadamente, nos demuestra día tras día que la sociedad sigue comportándose como una especie animal, que al fin y al cabo es lo que somos, y que poco o nada se ha evolucionado en ese sentido, por mucho que creamos que sí. Sigue habiendo una especie de admiración, a veces oculta, a veces no, por la figura del tío fuerte, seguro de si mismo, elocuente, duro…perdonando, o no valorando la ausencia de otras aptitudes o rasgos como los que tú comentas, sensibilidad, trato, discreción… En definitiva el término es antediluviano pero la realidad es de lo más actual.

    Enhorabuena por tu trabajo. hace mucha falta.

    • Víctor 17 de enero de 2018 at 16:54h - Responder

      Muchas gracias Diego!

      Y muy de acuerdo con tu comentario, es la triste realidad, lamentablemente…

  4. David 13 de diciembre de 2017 at 11:38h - Responder

    Simplemente comento para decir que me ha gustado mucho este post en todos los niveles (análisis, léxico, referencias, realismo, etc.).

    • Víctor 14 de diciembre de 2017 at 18:17h - Responder

      Me alegro mucho David! Gracias por el comentario ^^

  5. Jorge 6 de septiembre de 2017 at 22:36h - Responder

    Vaya artículo… canela en rama compañero!

  6. Fernando 14 de agosto de 2017 at 18:56h - Responder

    Guapísimo el artículo, se nota el trabajo que hay detrás!!

  7. Rubén 3 de agosto de 2017 at 14:15h - Responder

    Buen artículo.

    Para el que le interese profundizar un poco más:

    https://culturaanimal.es/2016/07/02/el-verdadero-macho-alfa/

  8. Guillermo 2 de agosto de 2017 at 08:12h - Responder

    Somos una especie más querramos o no reconocerlo, en toda especie siempre hay un macho alpha quién dirige a la manada, ya dependiendo de la especie algunos lo hacen bajo la intimidación y otros a través del respeto, se viene haciendo desde el inicio de los tiempos. Genial el artículo, muy currado. Pulgares arriba

    • Víctor 4 de agosto de 2017 at 02:06h - Responder

      La clave es entender que la vía del respeto es mucho más eficiente a largo plazo, y probablemente a corto plazo también.

  9. ImSeudo 31 de julio de 2017 at 20:25h - Responder

    Creo que solo te has dejado un poquito de análisis de la masculinidad, y de lo que significa para nosotros que se nos intente cargar con una serie de atributos que muchas veces tampoco queremos cumplir.

    Por el resto un artículo imprescindible que ojalá se leyera mucha peña.

    • Víctor 31 de julio de 2017 at 22:14h - Responder

      Muy cierto, pero eso se escaparía un poco del objetivo del artículo creo ^^
      Un abrazo!

  10. Manuel 28 de julio de 2017 at 13:03h - Responder

    Más claro imposible, pienso que este de «alfa» o «dominante» es lo que de bien pequeños nos inculcan, sabemos que si «llamamos la atención» nos hacen más caso y seres el centro de atención, cosa que a todo el mundo nos gusta en determinadas ocasiones y nos conviene, (ya sea en el trabajo, escuala, entre amigos, etc) simplemente porque se está forma parece que confían más en nosotros, y, ¿A quien no le gusta enseñar y que todos te sigan, o sigan tus creencias?
    Prácticamente estamos rodeados de «alfas camuflados en chaquetas» hay jefes que están en ese nivel gracias a otro «alfa» pero no tiene el carácter/conocimiento/lealtad que tienen los betas (empleados). La religión es igual, todos «seguimos» al individuo, y todos somos sus aprendices, en el colegio existen 2 alfas, el «beta alfa» y el «alfa beta» el «beta alfa» es el típico (por desgracia) listo de la clase que saca notas de 10 y los (alfa beta») le buscan para sus necesidades, y al contrario también…

    E escrito una sábana, pero no se, lo veo así, en el gymnasio el «alfa» es el más fuerte/guapo o ligón, sin embargo, es el más débil de manada….

    • Víctor 29 de julio de 2017 at 02:21h - Responder

      Es curioso que cuando somos pequeños nos asusta ser diferentes y queremos encajar y de mayores nos volvemos locos por ser únicos.

  11. Sergio 27 de julio de 2017 at 01:24h - Responder

    Esto le va a venir bien a más de uno.

  12. Proctor 26 de julio de 2017 at 21:26h - Responder

    Articulazo, felicidades! Añadiría un noveno punto a tu lista: heterosexual. Que también desmonta bastante todo el entramado que explicas.

    • Víctor 26 de julio de 2017 at 21:48h - Responder

      Muchas gracias. A qué te refieres exactamente con heterosexual? La asunción de que alfa=hetero?

  13. Juan 26 de julio de 2017 at 20:23h - Responder

    Increíble artículo tío…….

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